Albizia lenkoranica

La Albizia lenkoranica, también conocida como albizia lankaran, es un llamativo árbol caducifolio o arbusto grande de la familia de las leguminosas, que se distingue por su follaje aireado y delicado, similar al encaje, y sus delicados y esponjosos racimos florales. En cultivo, también se la conoce como acacia lankaran, aunque biológicamente no está emparentada con las acacias verdaderas. Esta planta se utiliza ampliamente en jardinería ornamental debido a su elegante porte y su capacidad para tolerar una amplia gama de condiciones climáticas.

Etimología del nombre

El nombre del género, albizia, se le dio en honor a Filippo del Albizzi, naturalista italiano del siglo XVIII que introdujo algunos miembros del género en Europa. El epíteto específico, lenkoranica, se asocia con la historia de su descubrimiento y crecimiento en la región de Lankaran (sur de Azerbaiyán), desde donde se introdujo en las colecciones botánicas. La planta también se conoció como "acacia de Lankaran" debido a su similitud visual con la acacia y al nombre de la región de origen.

Forma de vida

En estado silvestre, la albizia de Lankaran suele adoptar la forma de un árbol pequeño que alcanza de 6 a 10 metros de altura. El árbol suele tener un solo tronco principal, aunque ocasionalmente se encuentran ejemplares con múltiples troncos que se parten cerca del suelo. La copa suele tener forma de paraguas o extenderse, creando un efecto visual de encaje, similar a un paraguas.

En cultivo, la altura y la forma dependen en gran medida de los métodos de poda y las condiciones climáticas. Si es necesario, la albizia lankaran puede transformarse en un arbusto, especialmente si se poda la copa con regularidad. Esta flexibilidad, combinada con sus atractivos racimos florales, la hace popular en el diseño de paisajes.

Familia

La albizia de Lankaran pertenece a la familia de las leguminosas (fabaceae), que incluye formas herbáceas y leñosas caracterizadas por frutos en vainas y una estructura floral distintiva (tipo mariposa en la subfamilia mimosoideae, a la que pertenece la albizia). Esta familia incluye importantes especies agrícolas y ornamentales (guisantes, judías, acacias y robinia).

Los miembros de la familia de las leguminosas suelen tener la capacidad de fijar nitrógeno mediante bacterias simbióticas en los nódulos radiculares. Esta propiedad no es tan pronunciada en la albizia lenkoranica, pero las características generales —hojas compuestas (similares a plumas) típicas de las mimosas y la forma del racimo floral— indican su parentesco con otras especies de leguminosas.

Características botánicas

Las hojas de la albizia lankaran son compuestas, a menudo de hasta 20 cm de largo, divididas en numerosos folíolos pequeños que se pliegan por la noche o bajo estrés. Las flores se agrupan en racimos esponjosos (a veces esféricos), formados por estambres largos y filiformes en tonos rosa, blanco o blanco rosado. Estos estambres, con su aspecto sedoso, le dan a la planta su nombre común: "árbol de la seda".

Tras la floración, se forman vainas planas de 10 a 15 cm de longitud que contienen varias semillas. Las vainas suelen madurar entre finales de verano y principios de otoño, tornándose marrones y finalmente abriéndose para liberar las semillas. El tronco y las ramas de las plantas jóvenes son lisos, pero con la edad, la corteza puede volverse más rugosa.

Composición química

El fruto y las hojas de lankaran albizia contienen diversos compuestos fenólicos, flavonoides y taninos. También contienen proteínas y carbohidratos típicos de las leguminosas. Las semillas son ricas en nutrientes almacenados, necesarios para la germinación. Algunos estudios indican la presencia de compuestos con propiedades antioxidantes y potencialmente antiinflamatorias, aunque el uso medicinal oficial de la planta no está confirmado.

Origen

El género albizia se distribuye de forma natural en las regiones tropicales y subtropicales del Viejo Mundo: África, Asia, incluyendo la cuenca mediterránea y el Cáucaso. Albizia lenkoranica, como su nombre indica, se descubrió y describió inicialmente en la región de Lankaran (sur de Azerbaiyán), pero también se encuentra en Irán y otras regiones con climas favorables.

Como planta ornamental, la albizia de Lankaran se introdujo en varios países donde el clima le permite invernar sin heladas severas. Se ha establecido a lo largo de la costa del Cáucaso, en el Mar Negro, en Crimea y en algunas zonas mediterráneas, donde se ha convertido en un elemento popular en el paisajismo de parques y jardines.

Facilidad de cultivo

Para los jardineros de regiones moderadamente cálidas, la albizia lankaran se considera relativamente fácil de cultivar si se le proporciona abundante luz solar, un suelo bien drenado y una humedad moderada. Sin embargo, las plántulas jóvenes pueden ser sensibles a las heladas extremas, por lo que en regiones más frías, el árbol se cultiva únicamente en invernaderos protegidos o estructuras similares.

Al plantar, es importante considerar el tamaño potencial del árbol y proporcionar suficiente espacio para el sistema radicular y la copa. El riego es más frecuente durante los primeros años para ayudar a la planta a establecerse, tras lo cual demuestra una buena resistencia a la sequía. La fertilización regular promueve el rápido crecimiento de los brotes.

Especies y variedades

El género albizia incluye varias docenas de especies, entre las cuales la albizia lankaran (albizia lenkoranica) se considera una de las más cultivadas, junto con su pariente más cercano, la albizia julibrissin, que algunos autores consideran sinónimo. En la horticultura ornamental se encuentran diversas formas e híbridos con estambres de distintos colores, aunque no existen muchas variedades comerciales específicas.

Albizia lenkoranica

Albizia julibrissin

Tamaño

En climas favorables, la albizia de Lankaran puede alcanzar alturas de 6 a 10 metros, y a veces más, con una copa ancha, plana y en forma de paraguas. Esto crea el efecto de una copa delicada que proporciona una agradable sombra parcial en el lugar. En espacios reducidos o en climas más fríos, la altura suele ser menor (2 a 4 metros).

La copa suele tener una forma bastante extendida, con un diámetro de 3 a 5 metros o más en ejemplares maduros. Mediante la poda y el modelado, se puede ajustar el tamaño del árbol, tanto en anchura como en altura, para satisfacer las necesidades paisajísticas.

Índice de crecimiento

Las plántulas jóvenes, en condiciones óptimas (calor, luz solar y riego regular), pueden presentar un crecimiento moderado (unos 30-50 cm por temporada). En árboles más viejos, el ritmo de crecimiento se ralentiza y el árbol crece entre 15 y 25 cm al año.

El crecimiento depende de la calidad del suelo, la disponibilidad de luz y agua, y los nutrientes. En condiciones adversas (drenaje deficiente, falta de oligoelementos, sombreado excesivo), el crecimiento anual puede ser mínimo, lo que a menudo resulta en una floración irregular y un menor valor ornamental.

Esperanza de vida

En estado silvestre, la albizia de Lankaran puede vivir 50 años o más, con abundante floración en la edad adulta (alrededor de 3 a 5 años). En cultivo, muchos ejemplares conservan su vitalidad y valor ornamental durante 20 a 30 años, especialmente si se realiza una poda de rejuvenecimiento y el árbol se mantiene en buen estado fitosanitario.

Con el tiempo, los árboles más viejos pueden sufrir daños en el tronco, pudrición y una menor intensidad de floración. Sin embargo, un cuidado adecuado, que incluye el control de la humedad, la fertilización y la poda higiénica oportuna, ayuda a mantener la albizia en buen estado durante el mayor tiempo posible.

Temperatura

La albizia de Lankaran prefiere un clima subtropical cálido y soporta sin problemas el calor del verano (alrededor de 30 °C o más) siempre que se riegue adecuadamente. La temperatura óptima para un crecimiento vigoroso es de 20 a 25 °C.

En invierno, la tolerancia al frío es limitada: las heladas inferiores a -15 °C pueden ser fatales para las plántulas jóvenes. Los árboles maduros, con troncos gruesos y un sistema radicular desarrollado, pueden soportar temperaturas breves de hasta -18 °C, pero el riesgo de daños en las ramas y una menor floración futura es alto. En regiones más frías, el crecimiento se ve obstaculizado y la planta requiere protección especial.

Humedad

Una humedad moderada (40-60 %) es suficiente para el crecimiento normal de la albizia de Lankaran en exteriores. Un clima costero húmedo favorece un crecimiento más rápido y una floración abundante. En un clima continental seco, puede ser necesario rociar con frecuencia (en invernadero) o regar con mayor frecuencia.

La planta no requiere mucha humedad, pero en aire extremadamente seco, las puntas de las hojas pueden secarse y los cogollos pueden caerse. Si se cultiva en interior, rociar regularmente o usar humidificadores ayudará a mantener la microhumedad necesaria.

Iluminación y ubicación en una habitación.

Lo óptimo es la luz solar intensa o la semisombra ligera. Para el cultivo al aire libre, se recomiendan zonas abiertas y soleadas con sombra ligera al mediodía para evitar el estrés causado por las temperaturas extremadamente altas. Para el cultivo en interior (algo poco común para esta especie), elija un alféizar orientado al sur o al suroeste, ajustando la sombra según sea necesario.

La falta de luz produce brotes alargados, una formación débil de botones florales y una menor ornamentación de las hojas. Para compensar, se pueden usar luces de cultivo, especialmente en latitudes septentrionales durante el invierno. Trasladar la planta al exterior (balcón, terraza) durante los meses cálidos es una buena manera de proporcionarle la dosis necesaria de luz solar directa.

Suelo y sustrato

La albizia de Lankaran requiere un suelo ligero, permeable al aire y al agua, con una reacción ligeramente ácida (pH 5,5-6,5). En campo abierto, este puede ser un suelo franco fértil con buen drenaje o un sustrato franco-arenoso enriquecido con materia orgánica (estiércol, compost).

Cuando se cultiva en contenedor, el sustrato está hecho de:

  • Tierra de césped (2 partes)
  • Tierra de hojas (1 parte)
  • Turba (1 parte)
  • Arena o perlita (1 parte)

Se debe colocar una capa de drenaje (arcilla expandida, grava) de 2-3 cm de espesor en el fondo de la maceta para evitar la pudrición de las raíces por riego excesivo.

Riego

Durante el crecimiento activo (primavera y verano), riegue la lankaran albizia regularmente, manteniendo la tierra moderadamente húmeda. No se recomienda dejar que la tierra se seque a más de 2-3 cm de profundidad, ya que las raíces jóvenes pueden verse afectadas por la falta de humedad. Sin embargo, el encharcamiento, especialmente en climas fríos, es muy peligroso, ya que puede provocar la pudrición de las raíces.

En invierno, si la planta pierde algunas hojas o entra en letargo, se reduce el riego. En cultivos de interior a temperaturas de 15-18 °C, riegue la tierra cada 7-10 días, asegurándose de que el sustrato no quede encharcado.

Fertilización y alimentación

Para favorecer un crecimiento y una floración abundantes, fertilice la albizia de primavera a verano (cada 2-3 semanas) con fertilizantes minerales complejos o infusiones orgánicas (estiércol, humus). Se pueden utilizar fertilizantes ricos en fósforo y potasio, ya que estimulan la floración y fortalecen los brotes.

El método de aplicación puede ser mediante riego radicular con una solución fertilizante o mediante la dispersión superficial de gránulos, que luego se incorporan a la capa superior del suelo. En otoño e invierno, la fertilización se minimiza o se suspende por completo para dar a la planta la oportunidad de descansar antes del nuevo ciclo de crecimiento.

Floración

La albizia de Lankaran produce llamativos racimos florales esponjosos con forma de "bolas" o racimos, donde los numerosos estambres filiformes desempeñan un papel fundamental, en tonos rosa, blanco o blanco rosado. La floración suele ocurrir a mediados de verano o principios de otoño, según la zona climática.

En regiones más cálidas, la floración puede durar varias semanas, impregnando el aire con una suave fragancia. Con la iluminación y los cuidados adecuados, la albizia puede florecer profusamente, decorando el jardín o el invernadero.

Propagación

La albizia de Lankaran se propaga por semillas y esquejes. Las semillas (de las vainas) se siembran en primavera en un sustrato suelto (una mezcla de arena y turba) a una temperatura de 20-25 °C. La germinación se produce en 2-3 semanas, requiriendo suficiente luz y riego. Sin embargo, la floración puede tardar varios años en comenzar.

El método de propagación vegetativo consiste en utilizar esquejes semileñosos de 10 a 15 cm de largo en la primera mitad del verano. Se plantan en una mezcla húmeda de turba y arena, manteniéndola a 22-

24 °C con riego regular. El enraizamiento tarda de 3 a 4 semanas, tras lo cual los esquejes enraizados pueden trasplantarse a macetas.

Características estacionales

En primavera, comienza el crecimiento activo, con la aparición de hojas y, en condiciones favorables, la formación de brotes. Durante este período, es importante aumentar el riego y comenzar a fertilizar. En verano, la planta alcanza su máximo crecimiento y floración, por lo que requiere riego regular, especialmente durante los períodos secos. Se eliminan las malas hierbas y se realiza una poda sanitaria si es necesario.

En otoño, tras la floración, la albizia puede perder algunas hojas (dependiendo del clima y la variedad). Reducir el riego y suspender la fertilización ayuda a la planta a prepararse para el invierno. En climas más fríos, la planta se protege con una cubierta en campo abierto o se traslada a un lugar fresco y protegido del frío.

Características de cuidado

Los principales cuidados de la albizia lankaran incluyen asegurar un riego ligero y moderado, y protegerla del frío. Es importante controlar los niveles de humedad: el riego excesivo es inaceptable, pero también debe evitarse la desecación, especialmente durante el crecimiento activo y la floración.

La poda o el pinzado regular de los brotes en primavera ayuda a formar una hermosa corona y a estimular una floración más abundante. En condiciones de alta humedad y poca ventilación, pueden aparecer enfermedades fúngicas, por lo que es importante ventilar periódicamente la habitación (si se mantiene en el interior) y supervisar el estado de las hojas.

Cuidado en condiciones interiores

Cuando se cultiva en interiores, la albizia lankaran suele colocarse en invernaderos espaciosos, jardines de invierno o balcones acristalados con suficiente luz y espacio. Es importante usar macetas con buen drenaje y sustrato ligero. El riego debe realizarse con agua tibia y sedimentada, dejando que la capa superior se seque entre 1 y 2 cm.

La fertilización con fertilizantes minerales se realiza cada 3-4 semanas durante la primavera y el verano, mientras que en invierno se suspende o reduce significativamente si la actividad de la planta disminuye. La temperatura no debe ser inferior a 12-15 °C. Es importante un soporte adecuado de la copa si el árbol tiene brotes altos.

Si el espacio es limitado, la albizia lankaran puede transformarse en un pequeño arbusto acortando periódicamente los tallos. Rociar las hojas con regularidad puede ser beneficioso, pero debe hacerse con una ventilación adecuada y suficiente calor.

Sin embargo, cabe señalar que para una floración y desarrollo plenos, el árbol puede requerir más luz y espacio del que ofrece un apartamento estándar. Se desarrolla mejor en jardines de invierno cerrados o habitaciones amplias y espaciosas con grandes ventanales.

Trasplante

En cultivo en macetas, las plantas jóvenes pueden trasplantarse anualmente en primavera, aumentando el tamaño de la maceta en 2-3 cm de diámetro. Las plantas adultas deben trasplantarse cada 2-3 años o según sea necesario, cuando las raíces hayan llenado completamente el cepellón.

Antes de trasplantar, humedezca el sustrato, retire con cuidado la planta con sus raíces y trasplántela a un nuevo recipiente con drenaje fresco. La mezcla se compone de tierra de hojas (o tierra de césped), turba y arena. Tras trasplantar, riegue con moderación y deje que la planta se aclimate, evitando la luz solar directa del mediodía durante las primeras 1-2 semanas.

Poda y modelado de la corona

Se recomienda podar a finales de invierno o principios de primavera, antes del inicio del crecimiento activo. La poda sanitaria elimina las ramas dañadas, secas y enfermas, mejorando la ventilación y permitiendo que llegue más luz a la parte central de la copa.

La poda de modelado permite regular la altura y la anchura de la copa. Si se desea una forma arbustiva, se acorta el tallo central y se fomenta la ramificación lateral. Para lograr una forma arbórea, se conserva el tronco principal, eliminando el exceso de brotes laterales.

Posibles problemas y soluciones

El riego excesivo o el estancamiento de agua en climas fríos puede provocar la pudrición de las raíces. La planta se marchita y las hojas amarillean. Reduzca el riego inmediatamente y, si es necesario, trasplante la planta, eliminando las raíces podridas.

La falta de luz produce brotes alargados y una floración débil o nula. Traslade la maceta a una ventana más soleada o utilice lámparas de cultivo. La falta de nutrientes provoca clorosis foliar y un crecimiento lento, lo cual se puede solucionar con una fertilización equilibrada y regular.

Plagas

Entre las plagas, la albizia lankaran puede ser atacada por ácaros, pulgones, moscas blancas y cochinillas. Las medidas preventivas incluyen la inspección de hojas y tallos, mantener una humedad moderada y evitar el exceso de humedad.

Si aparecen insectos, utilice insecticidas y acaricidas según las instrucciones. Para infestaciones leves, utilice métodos tradicionales (solución jabonosa, lavado de hojas) y, en casos graves, tratamientos químicos con reaplicación después de 7 a 10 días.

Purificación de aire

La albizia de Lankaran, gracias a su follaje, puede absorber pequeñas cantidades de CO₂ y liberar oxígeno, mejorando el microclima interior. Sin embargo, el efecto no es muy significativo considerando el tamaño del árbol. No obstante, cualquier vegetación natural influye positivamente en el bienestar general, reduciendo los niveles de estrés.

Además, la presencia de hojas y ramas puede atrapar pequeñas cantidades de polvo, aumentando ligeramente la humedad mediante la evaporación de la superficie de las hojas. No se ha observado un impacto significativo en la filtración de compuestos químicos nocivos, pero el reverdecimiento general tiene un efecto positivo en el medio ambiente.

Seguridad

La albizia de Lankaran no se considera peligrosamente tóxica, pero se recomienda evitar el consumo de semillas o cualquier otra parte de la planta. Las reacciones alérgicas al polen son poco frecuentes, pero posibles en personas sensibles a las plantas con flores.

Si hay niños pequeños o mascotas en casa, se debe tener cuidado para evitar que mastiquen las hojas o rompan las ramas. En general, la albizia no contiene alcaloides tóxicos fuertes como algunos miembros de la familia de las leguminosas, y el peligro para los humanos es mínimo con el contacto normal.

Invernada

En regiones con inviernos moderadamente suaves (por ejemplo, la costa del Mar Negro, algunas zonas con inviernos no inferiores a -10 °C), la albizia de Lankaran puede invernar en campo abierto. Las plantas jóvenes (de hasta 3-5 años) deben protegerse con material no tejido y la zona radicular debe cubrirse con mantillo para protegerlas de las heladas.

En climas más severos, la planta se desentierra y se traslada a un contenedor, donde se almacena en un lugar fresco, pero no helado, (5-10 °C). Se reduce el riego y no se fertiliza. En primavera, al subir las temperaturas, el árbol se replanta al aire libre o se devuelve a su ubicación definitiva.

Propiedades beneficiosas

Además de su alto valor ornamental, la albizia puede mejorar la composición del suelo, al igual que muchas leguminosas, gracias a su simbiosis con bacterias fijadoras de nitrógeno. Esto puede contribuir a enriquecer el sustrato con nitrógeno y promover una microflora más saludable.

Además, atrae a polinizadores (abejas, mariposas) durante su floración, lo que fomenta la biodiversidad del jardín. En algunas culturas, las flores y las hojas se han utilizado como tintes naturales, aunque esto no tiene una importancia económica significativa.

Uso en medicina tradicional o remedios populares.

La información fiable sobre el uso medicinal oficial de la albizia lenkoranica es escasa. Sin embargo, fuentes tradicionales mencionan el posible uso de la corteza o las hojas para inflamaciones leves o el tratamiento de heridas. No existe confirmación científica de la eficacia y seguridad de estos métodos, y no se recomienda el consumo interno de derivados de la planta.

Datos experimentales preliminares indican la presencia de compuestos antioxidantes en algunas partes de la planta, pero no se han realizado estudios clínicos. Por lo tanto, su uso en la medicina tradicional carece de confirmación fiable, y cualquier intento debe realizarse con gran cautela.

Uso en diseño de paisajes

La albizia de Lankaran es muy apreciada por su copa en forma de paraguas, similar al encaje, y sus flores esponjosas. En regiones con inviernos suaves, se suele usar como planta solitaria en el césped, dándole al área un aspecto exótico. A diferencia de las coníferas o las plantas caducifolias tradicionales, la albizia aporta una vibrante paleta de racimos florales.

Los jardines verticales o las composiciones colgantes no son relevantes, ya que se presenta como un ejemplar grande. Sin embargo, en jardines espaciosos, cerca de cenadores o a lo largo de callejones, la albizia crea pintorescas avenidas. Su impresionante follaje y la delicada fragancia de sus flores, combinados con otras especies tropicales y subtropicales, crean la atmósfera de un jardín sureño.

Compatibilidad con otras plantas

La albizia de Lankaran combina bien con arbustos en flor (hibisco, buganvilla, jazmín), aportando a la zona un vibrante ambiente tropical. También puede combinarse con coníferas pequeñas (tuya, enebro), especialmente si se busca contraste de forma y color.

No se recomienda plantar el árbol cerca de plantas que requieran abundante riego y que puedan sombrear la zona radicular o competir por el agua. Una fertilización equilibrada y saber que el sistema radicular de la albizia puede enriquecer el suelo con nitrógeno son factores positivos para las plantaciones asociadas.

Conclusión

La Albizia lenkoranica (albizia lankaran) es un atractivo árbol con una copa delicada e impresionantes racimos florales de color blanco rosado, capaz de decorar jardines en zonas de clima templado y convertirse en una valiosa pieza de exhibición en invernaderos y jardines de invierno. Sus hojas suaves y compuestas y sus flores esponjosas le confieren un atractivo único, creando una atmósfera meridional y luminosa.

Al seleccionar esta especie para su jardín o colección, tenga en cuenta la necesidad de abundante luz solar, riego moderado con buen drenaje y protección para las plántulas jóvenes del frío. En condiciones favorables, la albizia lankaran deleitará durante muchos años, creando un atractivo punto focal y aportando un ligero toque tropical al paisaje.